27 de septiembre de 2016

PEREGRINANDO DESDE LAS ETT HASTA LOS RECLUTADORES…¡SÁCALE BRILLO AL PERFÍL!

Es algo que cada vez es más difícil, el entregar un currículo en mano. Y es que hoy en día, la mayoría de los empleos se ofrecen por la red o directamente son ofrecidos a personas conocidas, por desgracia, válidas o no.

Miro mi perfil, y no consigo ponerme un título que pueda definirme. Llevo bastante más de diez años trabajando, y cada puesto de trabajo es diferente de los anteriores. Técnico en instalaciones de sistemas de control distribuido conociendo los entornos atex, operador de planta batallando con ácido sulfúrico, jefe de construcción de parques fotovoltaicos, programador de aplicaciones informáticas para aumentar el rendimiento de los parques, o para llevar a nivel administrativo, una empresa de andamios, coordinador de seguridad en obras de construcción mecánica…y entre medio, por si pudiese hacer algo un poquito diferente, pues a dar clases de baile, programar un software para intentar montar una empresita propia, o diseñar un sistema de riego por wifi y con placas solares aprendiendo un poquito lo que es un arduino. Me reía el otro día definiéndome como una navaja suiza, pero lo cierto es que sería una buena forma de hacerlo.


Desde que comenzó esto que llaman crisis, parte de mi tiempo, estando o no trabajando, ha sido consumido en la búsqueda de nuevas oportunidades de desarrollo profesional. Dos han sido los hándicaps que me he encontrado principalmente.

En primer lugar, resulta muy complicado encajar, al menos con mi descripción, en cualquiera de los perfiles que se ofrecen en portales como Infojobs o LinkedIn. Perfiles extremadamente definidos y con una exigencia de experiencia muy complicada de tener. “Se busca ingeniero especialista en poner el tercer tornillo del motor de un avión de color verde…se pide experiencia de 5 años en puesto similar…” Sinceramente, si tienes un ingeniero de esas características y sabes qué si se va necesitar ese nivel de especialización, ¿por qué no lo cuidas para que no se vaya?... ah, ya!… sueldo, el mismo que un camarero…

En segundo lugar, jamás me han llamado para interesarse, desde ninguna de las ofertas en las que he entregado mi currículo. No solo es así, sino que en 5 o 10 minutos, mi candidatura era descartada, y evidentemente nadie te da una razón…Uno comienza a pensar que tiene algo malo. Incomprensible porque en ninguno de los puestos desarrollados he recibido una puntualización negativa.

No obstante, no todo es negro, hay luz detrás del túnel. Detrás de mi dilatada carrera buscando, he apreciado claramente la evolución de la forma de seleccionar y ofertar, de muchas de las empresas, o al menos las más grandes e importantes. La evolución según mi percepción, ha sido la siguiente.

Primero se apoyaban en los currículos que podían recopilar o recibir por diferentes vías. Posteriormente la búsqueda se realizaba a través de las conocidísimas ETT, qué bajo mi punto de vista, únicamente han encarecido los costes, sin repercutir en ningún momento en la persona que realmente realiza el trabajo puramente dicho. Poco a poco, las empresas han depositado su confianza en los reclutadores, especializados en identificar valor entre los candidatos, incluso de aquellos que no se han inscrito en ninguna oferta.  No pocas veces ya, he recibido el contacto o la llamada directa de uno de ellos, para ofrecerme un trabajo. Curiosamente este tipo de trabajos no salen ofertados en la red, debido a lo enrevesado de perfil que se busca o, si salen, es más difícil definir las funciones a desarrollar que encontrar a la persona que las desarrolle con las mínimas garantías. No importa no encajar totalmente…solo tiene que pensar que lo harías bien.

La estrategia para la búsqueda de trabajo ha evolucionado también. De la frustración constante de buscar día tras día, ofertas de trabajos que puedan ser atractivas o simplemente, que puedas servir mínimamente… a mostrarte a los reclutadores como lo que eres, un trabajador capaz de realizar cuantas tareas se le pongan delante. Una persona realmente proactiva, con capacidad de adaptación y ganas. El único “pero” quizás, es el hecho de que, después de dar muchas vueltas, uno ya ve la permanencia en un lugar concreto como un punto más a favor de una oferta con respecto a otra, sobre todo cuando uno ve que la movilidad geográfica no se valora lo suficiente.

Me encantaría encontrar un puesto de trabajo donde pueda tener algo de proyección vertical, no donde sepas que, si no te vas, morirás en el mismo puesto con el mismo sueldo. Siempre he querido vivir en Sevilla, aunque sea de Huelva. Al menos en una etapa de mi vida, y en eso estoy, intentando buscar un puesto en el que me sienta respetado y valorado con proyección y en Sevilla…aunque creo que como no encuentre la lámpara de Aladino…

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